El 18 de febrero de 1564, Miguel Ángel Buonarroti died in Rome at age 88. His passing marked the end of an era in Renaissance art history. The brilliant mind that created the Capilla Sixtina ceiling and carved the David spent his final hours in his modest home on Via Macel de’ Corvi, surrounded by unfinished work and few possessions.

La muerte de Miguel Ángel en Roma: el fin de un maestro del Renacimiento

La mañana invernal del 18 de febrero comenzó como muchas otras para el anciano artista. A pesar de su precaria salud, Miguel Ángel había estado trabajando intermitentemente en su última escultura, la Piedad Rondanini. Esta última obra permanecía inacabada en su estudio: una madre acunando a su hijo, despojada de su esencia emocional.

Antonio, su fiel asistente, quien presenció la muerte de Miguel Ángel, describió posteriormente cómo la respiración del maestro se había vuelto cada vez más dificultosa. Los registros históricos sugieren que Miguel Ángel sufrió cálculos renales y posiblemente una fiebre de evolución lenta en sus últimos días, dolencias comunes que afectaban a muchos ancianos romanos durante el siglo XVI.

La casa donde murió Miguel Ángel reflejaba a la perfección su carácter ascético. Aunque había amasado una fortuna considerable, vivía como un monje en unas sencillas habitaciones. Paredes de yeso tosco, muebles minimalistas y las muestras dispersas de su genio artístico llenaban las habitaciones. Una mesa repleta de bocetos, incluyendo un dibujo inacabado de Cristo, revelaba la mente activa que trabajó hasta el final.

La muerte de Miguel Ángel. Esto es lo que realmente ocurrió en la silenciosa estancia romana donde culminó el Renacimiento, con su asistente, una silla y una Biblia.

Dentro de la habitación de Miguel Ángel al morir: sus últimas posesiones

Miguel Ángel conservó notablemente pocas posesiones en sus últimos años: un crucifijo sobre su cama, una silla de madera desgastada por el uso y su Biblia, bien leída. Entre sus objetos más preciados se encontraba una carta amarillenta de Vittoria Colonna, la noble cuya amistad intelectual había influido profundamente en su obra espiritual.

As afternoon approached, Antonio attempted to rekindle the fire, but Michelangelo waved him away with what would become his final recorded words: “Let it be. The cold is honest.” This deathbed statement perfectly captured his lifelong pursuit of truth over comfort – a principle evident in both his art and personal choices.

A través de su ventana, la Roma de la Contrarreforma continuaba su ritmo cotidiano, ajena a la pérdida de uno de sus más grandes hijos artísticos. La ciudad que había sido su hogar durante gran parte de su carrera pronto se enteraría de su fallecimiento, pero en ese momento, todo estaba en silencio salvo el tictac de un pequeño reloj en el pasillo.

¿Cómo murió Miguel Ángel? Un fallecimiento pacífico en su hogar romano.

Los historiadores médicos creen que la causa de la muerte de Miguel Ángel probablemente fue una combinación de factores relacionados con su avanzada edad. Hacia media tarde, Antonio observó los momentos finales: una respiración, luego ninguna. Sin últimas palabras dramáticas, sin multitudes de admiradores reunidos. El hombre que transformó el arte occidental murió con la misma serena dignidad que caracterizó su vida.

Antonio permaneció junto a su cama, de la mano del maestro. La habitación parecía suspendida entre el vacío y la plenitud: vacía de vida, pero llena del legado tangible del genio artístico. Afuera, las campanas de Roma daban la hora, sin percatarse de que marcaban la hora exacta de la muerte de Miguel Ángel.

El último deseo de Miguel Ángel: regresar a Florencia

What happened next reveals the true wishes of the artist and the devotion of his family. Weeks before his death, Michelangelo had confided to both Antonio and his nephew Lionardo: “Bring me home. Not to Rome. To Florence.” These final wishes set in motion a secret plan that would involve his closest family.

Documentos históricos confirman que Leonardo envió de inmediato un mensaje a Ludovico Buonarroti, primo de Miguel Ángel y residente en Florencia. Ludovico, quien había gestionado muchos asuntos familiares a lo largo de los años, organizó rápidamente la operación para devolver el cuerpo de Miguel Ángel a su lugar de nacimiento.

Pope Pius IV and the Vatican authorities would have preferred to keep Michelangelo’s remains in Rome. As the chief architect of St. Peter’s Basilica and a treasured papal artist for decades, Rome considered him their own. But Ludovico was determined to honor his cousin’s final wishes, regardless of political consequences.

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El largo camino a casa: el último viaje de Miguel Ángel por Italia

A los dos días de recibir la noticia de la muerte de Miguel Ángel, Ludovico llegó a Roma con un pequeño contingente de florentinos de confianza. En colaboración con Antonio y Daniele da Volterra (uno de los amigos artistas de Miguel Ángel), idearon un ingenioso plan para sacar el cuerpo de la ciudad a escondidas.

Court records later revealed their strategy: they dressed Michelangelo’s body simply and placed it inside a shipping crate marked as “art supplies” bound for Florence. The death certificate was temporarily concealed, and paperwork was prepared suggesting these were merely effects from the artist’s studio being returned to his estate.

El 21 de febrero, antes de que las autoridades romanas pudieran organizar un funeral oficial, Ludovico y su pequeño grupo se escabulleron por la Porta del Popolo de Roma con su preciado cargamento. Viajaron de noche siempre que les fue posible, tomando la ruta del norte a través de Viterbo, Siena y, finalmente, la Toscana.

Relatos contemporáneos de Vasari sugieren que el viaje no estuvo exento de dificultades. Las lluvias invernales habían hecho que algunos tramos del camino fueran casi intransitables. En una posada cerca del lago Trasimeno, Ludovico, según se dice, permaneció despierto toda la noche vigilando la caja, preocupado de que se hubiera filtrado la noticia de su misión.

Antonio never left the master’s side during this journey, sometimes speaking softly to the crate: “We’re nearly there, maestro. Just beyond the olive groves now. Your Florence awaits.”

Florencia llora a Miguel Ángel: el regreso del artista a su ciudad natal

En la mañana del 25 de febrero, la pequeña procesión se aproximaba a Florencia. La luz del amanecer revelaba la silueta familiar de la ciudad: la imponente cúpula de la catedral que Miguel Ángel admiraba desde su infancia y que influyó en su diseño de la Basílica de San Pedro en Roma.

They entered through the southern gate without fanfare. However, Giorgio Vasari – the artist and historian who would later write Michelangelo’s biography – had been secretly informed of their arrival. Historical documents show that Vasari quietly spread word to select members of the Florentine artistic community.

Mientras la caja era transportada a la Basílica de la Santa Cruz, ocurrió algo extraordinario. Aunque no se había hecho ningún anuncio público, los florentinos comenzaron a salir de sus casas y tiendas. Aparecieron velas en las ventanas. Las calles quedaron en silencio al paso de la procesión. Según el testimonio presencial de Vasari: «Parecía que las mismas piedras de Florencia reconocían que su amo había regresado a casa».

La muerte de Miguel Ángel. Esto es lo que realmente ocurrió en la silenciosa estancia romana donde culminó el Renacimiento, con su asistente, una silla y una Biblia.
The Bandini Pietà – the name is a reference to its first buyer, the Florentine banker Francesco Bandini – was created by Michelangelo in his later years (1550-55) for his own tomb and is now kept at the Museo dell’Opera del Duomo in Florence. 

La tumba de Miguel Ángel en Santa Croce entre leyendas

El funeral, celebrado en la Santa Croce el 14 de marzo de 1564, fue inicialmente modesto, respetando la preferencia del artista por la simplicidad. Sin embargo, los registros históricos indican que Ludovico y la Accademia delle Arti del Disegno (fundada por el propio Miguel Ángel) organizaron posteriormente un servicio conmemorativo más elaborado en julio, que incluyó una exposición de sus dibujos y maquetas.

El lugar de enterramiento de Miguel Ángel en la Basílica de la Santa Cruz lo situaba cerca de la tumba vacía de Dante y del lugar de descanso de Maquiavelo: una compañía ideal para un hombre que revolucionó tanto el arte como la arquitectura. La ciudad que primero alimentó su talento, luego lo exilió durante las convulsiones políticas y finalmente lo recuperó tras su muerte, erigió una magnífica tumba diseñada por Vasari para honrar a su hijo artístico más ilustre.

La muerte de Miguel Ángel y el fin del Renacimiento

El impacto de la muerte de Miguel Ángel en el mundo renacentista fue profundo. Artistas de toda Italia vistieron de luto. La corte de los Médici suspendió las celebraciones. El papa Pío IV, a pesar del traslado secreto del cuerpo de Roma, ordenó una misa conmemorativa. Los historiadores registran que, cuando la noticia llegó a Francia, el rey Carlos IX comentó: «Nunca podrá haber otro».

La muerte de Miguel Ángel a los 88 años marcó el fin del Alto Renacimiento. Sus contemporáneos, como Tiziano y Cellini, reconocieron que el arte había perdido a su máximo exponente. Los materiales encontrados en su estudio romano —bocetos, maquetas y la inacabada Piedad— revelaron una mente que continuó creando activamente hasta sus últimos días.

Así concluyó la extraordinaria trayectoria vital del mayor artista renacentista de la historia: no con pompa ni ceremonia, sino con un regreso tranquilo y decidido a la ciudad que forjó su alma. Gracias a la devoción de Ludovico y a la cuidadosa planificación de Antonio, el último deseo de Miguel Ángel se cumplió. Su legado perdura no solo en mármol y pintura, sino también en la historia de su regreso a casa: testimonio de la perdurable conexión entre un artista y el lugar que reconoció por primera vez su genio.

Hoy, los visitantes de Santa Croce pueden rendir homenaje en su elaborada tumba, pero quienes conocen la verdadera historia saben que lo más importante para Miguel Ángel no era la grandeza. En la muerte, como en el arte, valoraba la autenticidad por encima de todo, y su último viaje a casa revela al hombre detrás de las obras maestras.

La muerte de Miguel Ángel:Algunos datos que probablemente no sabías

¿Por qué Miguel Ángel fue condenado a muerte?

En 1530, Miguel Ángel fue condenado a muerte por el papa Clemente VII debido a su apoyo a la efímera República Florentina, que se oponía al regreso de la familia Médici al poder. Durante el exilio de los Médici, Miguel Ángel contribuyó a la defensa de la ciudad, alineándose con los republicanos. Cuando los Médici recuperaron el control, se convirtió en un objetivo y se ocultó durante unos dos meses en una cámara oculta bajo las Capillas Médici de Florencia.

¿Qué enfermedad causó la muerte de Miguel Ángel?

Miguel Ángel murió por causas naturales el 18 de febrero de 1564, a la edad de 88 años. Aunque la enfermedad exacta no se conoce con certeza, los relatos históricos sugieren que sufrió fiebre y posiblemente cálculos renales en sus últimos días.

¿Cuáles fueron las últimas palabras de Miguel Ángel?

Las últimas palabras de Miguel Ángel suelen citarse como «Ancora imparo», una frase italiana que significa «sigo aprendiendo». Esto refleja su dedicación de toda la vida al aprendizaje y al arte.

¿Qué pasó al final de la vida de Miguel Ángel?

Miguel Ángel pasó sus últimos años en Roma, donde continuó trabajando en proyectos artísticos hasta su muerte. Falleció en su casa de la Via Macel de' Corvi. Cumpliendo su deseo de ser enterrado en Florencia, su cuerpo fue trasladado en secreto allí por su sobrino, Lionardo Buonarroti, y fue enterrado en la Basílica de la Santa Cruz.

¿Qué edad tenía Miguel Ángel cuando murió?

Miguel Ángel tenía 88 años en el momento de su muerte el 18 de febrero de 1564.

¿Dónde vivió Miguel Ángel?

Miguel Ángel nació en Caprese, Toscana, y creció en Florencia. Pasó gran parte de su vida tanto en Florencia como en Roma, donde tuvo sus últimos años y su muerte.

¿Cuando es el nacimiento y la muerte de Miguel Ángel?

Nacimiento: 6 de marzo de 1475, en Caprese, República de Florencia (actual Italia). Muerte: 18 de febrero de 1564, en Roma, Estados Pontificios (actual Italia).

¿Por qué era famoso Miguel Ángel?

Miguel Ángel fue reconocido como escultor, pintor, arquitecto y poeta. Entre sus obras más famosas se encuentran las estatuas de David y el Piedad, los frescos del techo de la Capilla Sixtina y el diseño de la cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

¿Se casó Miguel Ángel?

No, Miguel Ángel nunca se casó ni tuvo hijos conocidos. Mantuvo una estrecha relación con varias personas, entre ellas el noble Tommaso dei Cavalieri y la poeta Vittoria Colonna, a quienes escribió afectuosas cartas y poemas.

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