LOS PRISIONEROS (O ESCLAVOS) DE MIGUEL ÁNGEL
En la Galleria dell'Accademia de Florencia se pueden admirar los Prisioneros, las cuatro estatuas creadas por Miguel Ángel Para el tumba de julio II, encargado en 1505 por el papa Della Rovere para su monumento funerario en la basílica de San Pedro en Roma. Con el tiempo, el proyecto de Buonarroti sufrió tantas modificaciones que se convirtió en “la tragedia del entierro”. No se concluyó hasta 1545, cuarenta años después, con la colocación de la tumba en la iglesia romana de San Pietro in Vincoli.
Hay cuatro de ellos en Florencia, cerca de la David, claramente “inacabados” y conservados en la Galleria dell’Accademia.
El primer proyecto de Miguel Ángel preveía un mausoleo monumental que se situaría aislado en San Pedro. Tras la muerte de Julio II en 1513, Miguel Ángel elaboró un segundo proyecto, menos grandioso y costoso, en el que realizó los dos Prisioneros, que hoy se encuentran en el Louvre, y el Moisés, que luego se utilizó en la versión definitiva de la tumba.
El segundo proyecto se redujo aún más en 1516 y luego se suspendió debido a la llegada de varios nuevos trabajos, que León X primero y Clemente VII después encomendaron a Buonarroti en Florencia. La familia della Rovere pidió la devolución del dinero y los intereses, y para liberarse del compromiso, Miguel Ángel ofreció los dibujos para que otros maestros y la devolución del dinero pudieran realizar la obra.
Buonarroti volvió al monumento en 1526 con un cuarto proyecto que, sin embargo, no gustó a Francesco Maria della Rovere, y finalmente, en 1532, con una quinta versión que preveía la construcción de la tumba en San Pietro in Vincoli, donde se encontraba no más aislada sino adosada a la pared.
De esta época es la ejecución de los cuatro Prisioneros que se encuentran en la Galería de la Academia de Florencia, esculpidos junto a la estatua de la Victoria expuesta en el Palacio Vecchio. En 1542 se firmó otro contrato definitivo, que finalmente dio paso a la obra, que se completó en 1545. Además de Moisés, Miguel Ángel suministró cinco estatuas ya comenzadas: la Virgen con el Niño, la Sibila, el Profeta, la Vida activa y la Vida contemplativa, estas dos últimas en sustitución de los dos Prisioneros.
Según el proyecto de Miguel Ángel, la cámara funeraria debía estar decorada con esculturas que representaban personajes del Antiguo y Nuevo Testamento y alegorías de las Artes y las Virtudes triunfantes sobre los vicios. Estas esculturas, sustituidas posteriormente por alegorías del alma prisionera del cuerpo –los Cuatro Prisioneros–, quedaron inacabadas en Florencia cuando Miguel Ángel abandonó la ciudad para ir a Roma en 1534. A la muerte de Buonarroti, las estatuas fueron donadas a Cosimo I de Médici y colocadas por Bernardo Buontalenti en una gruta artificial en los Jardines de Boboli, donde permanecieron hasta que, en 1909, fueron sustituidas por moldes y llevadas a la Academia.
Según el proyecto de Miguel Ángel, la cámara funeraria debía estar decorada con esculturas que representaban personajes del Antiguo y Nuevo Testamento y alegorías de las Artes y las Virtudes triunfantes sobre los vicios. Estas esculturas, sustituidas posteriormente por alegorías del alma prisionera del cuerpo –los Cuatro Prisioneros–, quedaron inacabadas en Florencia cuando Miguel Ángel abandonó la ciudad para trasladarse a Roma en 1534.
A la muerte de Buonarroti, las estatuas fueron donadas a Cosimo I de' Medici y colocadas por Bernardo Buontalenti en una cueva artificial en los Jardines de Boboli, donde permanecieron hasta que, en 1909, fueron sustituidas por moldes y llevadas a la Galería de la Academia.
El tema iconográfico de los Prisioneros evoca múltiples imágenes y sugerencias: recuerdan a los prisioneros representados en los monumentos triunfales de la antigua Roma, exhibición del botín de guerra del emperador y celebración de su grandeza, pero también simbolizan la reflexión platónica sobre el alma humana, agobiada por la gravedad del cuerpo y esclavizada por la fuerza de las pasiones. Los de Miguel Ángel son cuerpos poderosos, pero atormentados y sufrientes, en la impresión de una lucha extenuante exaltada aún más por el carácter incompleto de las obras.
Los Prisioneros de la Galería de la Academia de Miguel Ángel, en su estado inacabado, permiten comprender la técnica escultórica de Buonarroti, completamente diferente a la de todos los demás artistas: el procedimiento habitual preveía establecer las medidas y las poses de la figura y desbastar progresivamente la piedra hasta llegar a un boceto, o a una figura todavía rodeada de un excedente de material.
Este excedente debía ser retirado con cautela, verificando constantemente que se ajustara al diseño o modelo inicial. Por otra parte, Miguel Ángel trabajaba hasta llegar a un estado casi acabado para algunas piezas, mientras que otras se encontraban aún encerradas en el bloque de piedra tal y como había sido extraído.
La capacidad sobrehumana de imaginar la estatua dentro de la piedra y de modificar las figuras incluso durante la construcción basándose en las partes ya esculpidas, también fue acompañada por el uso completamente original de las herramientas: Miguel Ángel utilizó el cincel y el arnés hasta la piel de las esculturas, mientras que la prudencia aconsejaba en cambio a todos confiar en herramientas finas para no correr el riesgo, con un golpe equivocado, de arruinar irreparablemente la obra.
De todos los Prisioneros de Miguel Ángel, el Atlas representa emblemáticamente la técnica de Miguel Ángel: mientras que el lado izquierdo del cuerpo y el brazo están casi terminados, la cabeza y el lado derecho todavía están incorporados a la piedra, que pesa con su forma paralelepipédica, recordando el mito del dios griego. En la reflexión platónica sobre el alma humana y la búsqueda de la verdad absoluta del arte, lo inacabado de Buonarroti se convierte en evidencia de una batalla encarnizada con la materia, excavada sin descanso para liberar la idea prisionera en ella.
Esta tensión –y duelo físico– queda atestiguada por las palabras con las que Miguel Ángel habla de su trabajo de escultor en Rima 152, donde compara su proceder con la elevación espiritual del alma respecto de la carne.
Junto a los Prisioneros, en la Galería de la Academia, se puede admirar la escultura de San Mateo, encargada a Miguel Ángel en 1503 –cuando el Maestro estaba trabajando en el David– como la primera de una serie de doce apóstoles destinados a las Capillas de la Tribuna de la Catedral de Florencia: el proyecto quedó inacabado al igual que la estatua, esculpida sólo en la parte frontal.
Los Prisioneros y San Mateo constituyen – en la disposición del siglo XIX de la Galería de la Academia – una especie de guardia de honor y preludio de la estatua de David, colocada al fondo de la Galería, en el centro de una exedra de luz.
LOS PRISIONEROS (O ESCLAVOS) DE MIGUEL ÁNGEL en la Galería de la Academia de Florencia
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Preguntas y respuestas sobre Los prisioneros de Miguel Ángel
¿Quiénes son los prisioneros del mármol?
En la Galería de la Academia de Florencia, junto al corredor que conduce al famoso David de Miguel Ángel, se encuentran cuatro majestuosas esculturas también creadas por Miguel Ángel, conocidas como los “Prisioneros” o “Esclavos”. Se trata de cuatro figuras masculinas parcialmente terminadas que emergen de bloques de mármol.
¿Qué son los prisioneros inacabados en la sala?
Estas esculturas se conocen comúnmente como Esclavos, Prisioneros o Cautivos. Como se muestra en las fotografías mencionadas anteriormente, estas estatuas son representaciones inacabadas de figuras masculinas iniciadas por Miguel Ángel. Originalmente encargadas para la tumba del Papa Julio II della Rovere, el proyecto lamentablemente fue abandonado debido a la falta de apoyo financiero.
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